Fuente: Solobasket.com
Autor: Pedro Bringas Casado
7 de Julio de 2007
Al inicio de la primera temporada de Larry Bird en Indiana State University, no acudían al pabellón de la universidad más que cuatro mil personas. Era una asistencia ridícula comparada con los llenos que se producían cada vez que jugaba el mejor equipo de Indiana: los “hoosiers” de Indiana University, con Bobby Knight al mando. Hay una pequeña historia que explica por qué el mejor jugador que ha dado el estado de Indiana eligió jugar para la hermana pobre, con la que acabaría jugando la final de la NCAA de 1979 frente a la vencedora Michigan State de “Magic” Johnson. La rivalidad de los dos jugadores que acabarían convirtiendo a la NBA en lo que es hoy en día, acababa de empezar, pero eso es otra historia.
De todas las ofertas que Bird tuvo para iniciar sus estudios universitarios, se inclinó por la que parecía la elección obvia para alguien de Indiana: la Indiana University del gran Bobby Knight. El entrenador jefe de I.U. había visto jugar a Larry en High School tres o cuatro veces y lo acabó firmando en la primavera 1. 974, cuando Bird cumplía su año senior en su instituto. Por aquel entonces el futuro alero de los Celtics no había alcanzado todavía la plenitud de su desarrollo físico. “Entonces no podía imaginar en qué se acabaría convirtiendo Bird, pero estaba seguro de que sería un muy buen jugador para nosotros”, explica Knight.
Cuando Larry se mudó a la capital del estado, prácticamente no había salido de su pequeño pueblo, French Lick, uno de los más pobres de un condado de entre los más míseros del estado. Cuando se unió a su universidad todo era grande para aquel chico de pueblo, las distancias, las clases, el número de estudiantes. Además, estaba la cuestión económica, con apenas unos dólares en el bolsillo tenía que llevar la ropa prestada de su compañero de habitación, Jim Wisman, que también le dejaba dinero cuando lo necesitaba. Bobby Knight recuerda que haber puesto a esos dos jugadores como compañeros de habitación fue un error por su cuenta. Eran caracteres demasiado diferentes.
El choque de pasar de vivir en un pueblo, de apenas dos mil habitantes, a hacerlo en un campus universitario de más de treinta mil estudiantes fue tan grande y las sensaciones tan malas, que Bird decidió dejar el equipo y la universidad sin comentárselo ni a su entrenador ni a su propia familia. Larry no llegó a durar ni un mes y su equipo no había empezado a jugar. Simplemente empaquetó sus pocas pertenencias, fue caminando hacia la autopista e hizo autostop hasta que consiguió llegar a su pequeño pueblo.
Knight simplemente le dejó marchar. “Tenía muy buenos jugadores que estaban felices por estar donde estaban y estaba construyendo un gran equipo. No llegué a saber qué tipo de jugador acabaría siendo Bird hasta su año como junior en Indiana State”.
Bird explica el porqué de su marcha: “La gente pensó que hubo algún problema entre Knight y yo, pero no es cierto. La universidad era demasiado grande y yo añoraba mi casa”. Larry volvió a French Lick, donde trabajó para el ayuntamiento local cortando el césped, pintando bancos o conduciendo el camión de la basura.
Después de un año, inició sus estudios en Indiana State, donde tuvo que pasar un año sin jugar por haber cambiado de universidad. Los Sycamores, en las tres temporadas de Larry Bird en el equipo, lograrían un récord de victorias de 81-13 (50-1 jugando como locales). En su temporada como senior las estadísticas se fueron hasta los 33-1.
Fue cuando todavía le faltaba un año para acabar sus estudios cuando Red Auerbach le elegió con el número seis del draft de 1978. Al finalizar su etapa universitaria y conseguir el un contrato récord, por aquel entonces, como novato mejor pagado de la historia de la liga (firmó un contrato por tres millones de dólares) dijo aquello de que: “No importa lo bueno que soy, sigo siendo sólo un paleto de French Lick”.
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